Tu entrenamiento para maratón si estas cerca de los 40
Des Linden cumplirá 40 años el próximo el 26 de julio y aunque le dicen aquello de que «la edad es solo un número», no está nada de acuerdo, porque la edad tiene consecuencias para la forma de correr. «La edad no es una mentalidad, eso es una tontería; es algo fisiológico», explica la ganadora del Maratón de Boston en 2018.
Reconocer los efectos de la edad, no significa abandonar el deporte. Linden no renuncia trata de ser inteligente a medida que cambia su cuerpo y adaptar su entrenamiento al motor de alguien que ha terminado 24 maratones en su carrera deportiva.
El pasado noviembre, se sentía muy en forma para afrontar el Maratón de Nueva York, pero el resultado le provocó una gran frustración.
Correr menos kilómetros
Antes de Nueva York, Linden mantuvo el alto kilometraje habitual que culminaba en cinco semanas haciendo hasta 193 kilómetros cada una. Normalmente, Drenth programa una tirada larga y un par de entrenamientos duros por semana y le permite rellenar a su voluntad el resto de los días. Cuando analizaron qué había salido mal en Nueva York, se dieron cuenta de que el alto volumen de kilómetros podría haber sido parte del problema.
Para Boston, el kilometraje de Linden se rebajó de 150 a 170 kilómetros a la semana durante 13. Esa reducción de kilometraje de entre un 12 y un 15% marcó una gran diferencia. Sentía que tenía más energía, que se recuperaba más fácilmente de los días difíciles y sus piernas se sentían mejor al levantarse de la cama.
Lo que se degrada más rápido para los corredores a medida que envejecen no es su resistencia, la capacidad de recorrer kilómetros, sino la potencia. «Lo que te hace avanzar, despegar del suelo, es tu velocidad, y eso es lo que más vas a perder», dice Linden.
Mantener la potencia se convirtió en el principal objetivo para Linden y Drenth, que se aseguraron de probar una variedad de ritmos en los entrenamientos. Hizo muchas series antes de Boston a un ritmo de una carrera de 5 kilómetros, y algunos incluso más rápidas.
Tras este tipo de entrenamientos, cuando Linden volvió al ritmo del maratón, lo sintió más fácil. «Tengo la potencia y la velocidad para hacer que se siente cómo, esto abre el rango de lo que estamos trabajando».
En pocas palabras, no había reglas estrictas. Ella decidía cuándo estaba lista para aprovechar al máximo el trabajo. «Un horario súper rígido no parecía necesario», dijo Drenth. «No creo que nadie que haya visto el trabajo pensaría que estaba holgazaneando, eso es seguro».
Esto es lo contrario de lo que Linden hacía al principio de su carrera. Cuando tenía entre 20 y 30 años y formaba parte del equipo de Hansons-Brooks, un sello distintivo de ese programa era hacer muchas sesiones duras con las piernas cansadas. Entonces le trajo el éxito, pero ahora no funciona.
«En algún momento tienes que hacer algunos ajustes», dijo Drenth. «No puedes seguir haciendo lo mismo una y otra vez. Tienes que dar cierta deferencia al trabajo que has hecho y el coste de ese trabajo y de tu edad y todas esas cosas. Mi argumento fue que, si podemos hacer un trabajo de calidad que te dé la confianza para correr rápido, eso es más prioritario que correr 200 kilómetros a la semana y tener esas sesiones de entrenamiento duras y comprometidas porque estás cansado todo el tiempo».
En muchos casos, los atletas que envejecen tienen que aceptar que lo que les trajo éxito cuando eran más jóvenes no les funciona ahora. Correr mucho kilometraje fue importante para el desarrollo de Linden hace una década o más. «Pero ahora, no lo creo», dijo.
Estudia y aprende sobre la marcha
Drenth, cuenta Linden, le envía con frecuencia podcasts y estudios de investigación sobre corredores veteranos e intercambian ideas sobre ellos. «Es muy buena buscando maneras de crecer todo el tiempo». «Puede ser contradictorio pensar que hacer menos es crecer, pero en cierto modo es crecimiento, porque tienes que aceptar lo que eres y maximizar lo que es».
Tras Boston, Linden y Drenth estudiaban hacer un breve segmento de entrenamiento centrado en sesiones de gimnasio y que esa fuera la prioridad. «Queríamos trabajar en potencia y fuerza y luego volver a correr».