La corrupción sexual: un delito en tierra de nadie
Cuando una persona abusa de su posición de poder para obtener un beneficio o ventaja sexual, es considerado, un acto de abuso de poder, un acto de abuso sexual, o un acto de corrupción
En México, todavía no existe una legislación que aborde directamente la corrupción sexual. Para intentar castigar esta ofensa se utilizan otros marcos legales: por un lado, las leyes contra la corrupción y, por el otro, las leyes sobre violencia de género.
Sin embargo, los delitos de corrupción, como cohecho o extorsión, no hablan de intercambio sexual. Por otra parte, las leyes de violencia de género no reconocen la gravedad de la corrupción sexual, pues la violencia de esta no es tan visible como puede ser en otros casos. Esto hace que en estos momentos este delito quede impune.
Según datos de Transparencia Internacional (2019), 1 de cada 5 personas ha experimentado o conocido a alguien que ha sufrido extorsión. Entre los sectores más vulnerables a este tipo de corrupción están: el judicial, el policial y el educativo, así como las personas migrantes y refugiados. Además, los casos documentados indican que las mujeres y las personas de la comunidad LGBTI+ son los blancos principales de esta actividad. Esto ocurre principalmente por la hipersexualización del cuerpo femenino, estereotipos de la capacidad y comportamiento de las mujeres en ciertos ámbitos, y por el acceso limitado a otros medios de pago.
Así sean las mujeres quienes buscan activamente pagar sobornos a través de actos sexuales o, que incurran en un acto de este tipo por coerción, lo cierto es que ambos son actos corruptos que responden a un sistema desigual, con pocas oportunidades para actuar distinto.
Por lo general, las víctimas de extorsión no pueden clasificar las demandas de sobornos sexuales como corrupción y es posible que ni siquiera sepan que son víctimas de este acto. En un mundo donde la sexualización de las mujeres es una constante, la sextorsión, como moneda de cambio, no representa una oportunidad, sino una limitante ya que se vuelve una práctica normalizada para ser recibida y exigida.
La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, conocida como la Convención de Mérida por haber sido firmada precisamente en la Ciudad Blanca, cumple 20 años este mes de diciembre.
En la actualidad llama la atención que la dimensión de género de la corrupción fuera invisible y no se reflejase en los 71 artículos de este instrumento internacional. La desigualdad de género en la corrupción siempre ha sido real, pero ahora debemos visibilizarla. La publicación ‘Es la Hora’ es un esfuerzo puntero de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en este sentido; un intento por visibilizarla, dimensionarla y empezar a acabar con la impunidad de la corrupción sexual.
En este tipo de corrupción se solicitan favores sexuales a mujeres como pago para acceder a servicios o derechos, por ejemplo, la salud, la educación o trámites legales. Un caso ilustrativo es el de un funcionario público que pide sexo a mujeres migrantes a cambio de sus papeles; para los hombres el soborno suele quedarse en dinero.
Mexicanos Contra la Corrupción encontró que de enero de 2012 a diciembre de 2022 se han registrado oficialmente cerca de 329 mil delitos sexuales en México, pero sólo 28 mil de ellos han conseguido una sentencia condenatoria en firme, lo que significa que en México solo el 8.65% de los delitos sexuales logran resolverse. Del total de víctimas de delitos sexuales, al menos 145 mil corresponden a violación.
El tema es que las víctimas no suelen reportar este crimen, principalmente por dos razones. La primera es por miedo a ser acusadas de ofrecer su cuerpo como si fuera un soborno. La segunda es la autoridad o poder que el agresor, como funcionario público, ejerce sobre ellas. En estas condiciones, es probable que las mujeres no vean la demanda de sexo como una forma de corrupción y ni siquiera sepan que son víctimas.
Resumiendo, la corrupción sexual es un delito de corrupción relacionado con la violencia de género y un delito de violencia de género relacionado con la corrupción. La realidad pone de relieve la necesidad de que la corrupción sexual entre en la agenda pública. Es necesario crear una legislación específica que recoja la dimensión de género de la corrupción.
Hoy, 09 de diciembre, se conmemora el Día Internacional contra la Corrupción. En esta ocasión, y en esta fecha más que nunca, México tiene la oportunidad de convertirse de nuevo en un país pionero, tipificando un delito que debe dejar de ser invisible; que debe dejar de estar en tierra de nadie.