¿Puedes sentirte bien a pesar de las circunstancias?

Estamos rodeados de información que nos provoca incertidumbre y aunque es cierto que enfrentamos momentos únicos y difíciles por increíble que parezca existen acciones que podemos aplicar desde nuestras casas para mejorar nuestro ambiente pese a las circunstancias, sin minimizar la seriedad de nuestra realidad.

Valora lo que tienes sobre lo que no tienes. ¿Te quejas por estar encerrado en casa? haz un inventario de lo que tienes en tu vida: aunque estén lejos, familia, amigos, vecinos, mascotas; tienes techo, comida, tecnología para comunicarte con el mundo exterior, planes por cumplir, en mayor o menor medida salud, deseos de volver a salir a las calles, ganas de aprender algo nuevo, incluso, también esperanza de que todo se arreglará.

Desdramatiza tu pensamiento y piensa que nada es eterno: saber que esto que estamos viviendo, aunque parezca eterno, pasará tarde o temprano, pero terminará; asimismo, aplicar el pensamiento del “peor escenario”, es decir, siempre tendemos a ver las cosas mucho peor de lo que son, lo que hace que nos sintamos impotentes y sin armas para luchar. Cuando tenemos una visión más pragmática de los problemas y lo vemos del tamaño que son, lo reducimos a uno que sea gestionable y esto ayuda a bajar la presión.

Identifica lo que está en tus manos: recuerda que muchas de las cosas que nos suceden o son circunstanciales o no dependen de nosotros; para tener una sensación de autoeficacia, identifica lo qué si está en tus manos, ¿aprender nuevas habilidades, mejorar tus relaciones, trabajar en un proyecto que has pospuesto, cambiar tu alimentación, lanzar un nuevo negocio, etc.? Define un proyecto a realizar, por pequeño que este sea, te ayudará a ocupar tu mente en algo constructivo y con beneficios para tu vida.

Desaprende hábitos o formas de pensar: así como tenemos la capacidad de aprender, igual podemos hacerlo en la vía contraria. No volveremos a ser los mismo tras la crisis del Coronavirus, ¿qué te gustaría dejar de hacer o pensar? ¿qué te gustaría cambiar de ti? Piensa este momento como una oportunidad de evaluar lo que sí funciona o quieres para tu vida, y cambiar lo que creas necesario.

Los cambios se logran trabajando, no llegan solo por decreto. Para alcanzar nuevas metas, deberás generar nuevos hábitos o reforzar los que ya te funcionan, poner en marcha un plan con tiempos y objetivos claros, y ser consistente en la ejecución de lo que te has propuesto. Sin duda esto te mantendrá activo y consciente del momento presente mientras visualizas un futuro prometedor.