“Échanos una pata, Milpa Alta” nos invita a educar a favor perros y gatos
“Respetar a los animales es una obligación de todos, amarlos es privilegio de pocos”
La Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies reporta la existencia de 28 millones de perros, 7 de cada 10 en situación de calle, este día nos toca recorrer la alcaldía de Milpa Alta que por sus características aún conserva su ambiente pueblerino y sus peludos deambulantes que son de todos y de nadie.
Sin duda es el lugar perfecto para una organización de rescatistas, todas mujeres quienes crearon “Échanos una pata. Milpa Alta”, ante la necesidad de contener el crecimiento de perros y gatos en situación de calle, aunque en su origen, hace dos años fueron 30 voluntarios, hoy solo suman cuatro: Aurea Muñoz, Lorena García, Norma Bonilla y Karen Montiel.
Ellas tienen a su cargo 35 peludos, aunque tienen claramente establecido que no son un albergue, es claro que les cuesta decir que no aceptan más bajo su cuidado. Se supone que no deberían tener nombre, con la idea de que algún día encontrarán un hogar permanente donde los dotarán de cariño y atención.
Para Aurea, la fundadora el amor por los peludos surge desde niña cuando sumó y sumó perros lastimados, desnutridos o enfermos. Poco a poco estructuró la necesidad de hacer un cambio en su comunidad basado en la educación y conciencia.
Sus orígenes en el “Club este perrón” le brindaron herramientas para convocar a muchas otras voluntarias y voluntarios, pocas comprometidas como Lorena quien a partir del rescate de su Atachi -regalo en purépecha- no se ha detenido en allegarse de proyectos y propuestas para educar a quienes la rodean, para convencerlos de que pequeños cambios en lo individual hacen grandes transformaciones a favor de todos.
Norma, quien llegó hace poco a la agrupación se declara conectada estrechamente con toda vida animal, vegana de convicción y rescatista activa esta convencida de que todo ser vivo aparece para rescatar a los humanos, y curiosamente pensamos que nosotros los salvamos.
Recuerda que algún día inicio un nuevo proyecto de vida solo con “Tobías, su perro feo” como única compañía y aliado, luego fueron dos, tres y hasta seis perros. De pronto ya no cabían en el departamento y se fueron a refugiar juntos a Milpa Alta, donde encontraron una casa cómoda y amistades con los mismos ideales de cuidado y protección.
En “Échanos la pata, Milpa Alta” tienen muy claro que una acción no necesariamente tiene que ser grande y constante, los pequeños cambios que se suman, cambian vidas, es sencillo proponerse como hogar temporal, una o dos semanas pueden marcar la diferencia para el rescate; difundir en redes y contribuir a comunicar, colaborar como voluntariado, traer siempre un poquito de croquetas en tu mochila y darle a un perito, apadrinar esterilizaciones.
O bien, “no lo puedes adoptar, tómalo, esterilizarlo, cuídalo en su recuperación y suéltalo en su zona, esa acción transformará la vida de una perrita quien sufre su celo dos veces al año, es sometida por diferentes perros y sus crías muchas veces mueren atropelladas o de hambre y con una esterilización haces un todo” enfatiza Norma.
Incluso la organización se ha encargado de eventos donde se esteriliza en masa a los perros de la comunidad. Lamentablemente aún se encuentran que el mayor problema es la apatía de la gente. Sin embargo, no se detienen por ello, tanto que pronto daremos detalles de un magno evento donde se agruparan varias organizaciones para esterilizar a 2,800 animalitos en situación vulnerable.
“Ofrecemos soluciones, tanto que este sábado 29 de mayo tendremos un taller para fabricar casitas con material de reciclaje de 9 am a 11 am en el restaurante Casa Blanca, ubicado en Av. Veracruz 3, barrio Santa Cruz, Milpa Alta”
Para cerrar y con la promesa de más información de “Échanos una pata, Milpa Alta” dejaremos su leyenda “Respetar a los animales es una obligación de todos, amarlos es privilegio de pocos”
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