Hipertensión arterial pulmonar, la gran desconocida

Esta enfermedad crónica y potencialmente mortal —que afecta principalmente a las mujeres— continúa siendo desconocida, así que su diagnóstico es difícil. Solo la detección oportuna y un tratamiento adecuado pueden garantizar una mejor calidad de vida a largo plazo.

La Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) es una enfermedad progresiva incurable. Es provocada por el aumento de la presión en las arterias ubicadas en el lado derecho del corazón. Esto ocurre cuando las paredes de las arterias —que comunican el lado derecho del corazón con los pulmones— se estrechan y se endurecen, lo que ocasiona fatiga y dificultad para respirar.

Esta presión alta en las arterias pulmonares ocasiona que el lado derecho del corazón trabaje más de lo normal.

No es una enfermedad frecuente, puntualiza el Dr. Tomás Pulido, jefe del Departamento de Cardioneumología del Instituto Nacional de Cardiología ‘Ignacio Chávez’. Solo afecta a 15-50 personas en un millón, así que mucha gente no la conoce.

Y aunque la causa principal es la cardiopatía izquierda, también pueden presentarla quienes han padecido infartos o miocarditis, al igual que las personas con VIH o que usan drogas o ciertos medicamentos para adelgazar, padecen EPOC, fibrosis pulmonar y apnea obstructiva del sueño.

Focos rojos

“La principal característica de la HPA es la presión elevada de las arterias pulmonares, lo que provoca que el lado derecho del corazón tenga que multiplicar su trabajo para que la sangre pueda circular; si no se brinda el tratamiento oportuno, el paciente podría sufrir insuficiencia cardiaca y en numerosos casos derivar en la muerte”  precisó el especialista.

Algunas personas empezaron con desmayos o síncopes, detalla Tomás Pulido; otras con inflamación de las piernas o labios azules y algunas más con falta de aliento tras subir una escalera corta o caminar unos cuantos pasos.

«Por lo general quienes la padecen presentaron falta de aliento y fatigas tras cierta actividad física, pero luego sentían el mismo agotamiento cuando estaban en reposo». Arritmias, dolor torácico y aumento del diámetro abdominal son otras de las señales de alerta de esta enfermedad.

La Dra. Alicia Ramírez, neumóloga especialista en hipertensión pulmonar, destacó que la HAP también puede evolucionar sin presentar síntomas o manifestaciones visibles.

Debido a que es una enfermedad poco frecuente, el diagnóstico suele tardar en llegar. «Un paciente común pierde hasta dos años en llegar a un centro de tercer nivel donde se le pueda diagnosticar con precisión e iniciar un tratamiento. Se pierde tiempo muy valioso en el diagnóstico» lamenta Paula Cabral García, vocera HAP México.

En ocasiones es posible confundirle con enfermedades como el asma, bronquitis crónica, neumonía e, incluso, ansiedad o estrés.

La importancia de conocer a qué grupo pertenece el paciente

Para un diagnóstico oportuno se debe conocer la enfermedad, dice jefe el Departamento de Cardioneumología del Instituto Nacional de Cardiología. «Se inicia con la sospecha con base en los síntomas; si las dudas avanzan en ese sentido será necesario un ecocardiograma y luego el cateterismo. Las radiografías de tórax y los electrocardiogramas suelen ser de gran ayuda, pues por lo menos se puede apreciar uno de los síntomas de este padecimiento».

Guadalupe Espitia, neumóloga con especialidad en circulación pulmonar y directora ejecutiva de ASISTO A.C. (Asociación ISSSTE DEL TÓRAX), enfatizó la importancia de una adecuada selección del tipo de HAP que se padece para fundamentar el diagnóstico.

«Existen tres formas: arterias, venosas y mixtas y cada una de ellas tiene características propias; solo conociendo cuál se padece se puede otorgar el tratamiento adecuado. Es una enfermedad multifactorial, así que no se usa un solo medicamentos, sino combinaciones» precisó la también responsable del programa de salud respiratoria del ISSSTE.

Hasta el momento esta enfermedad no tiene cura, pero existen novedades terapéuticas en este campo permiten controlar la enfermedad, mejorar los síntomas, detener el progreso y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.

Incurable, pero controlable

Existen varios medicamentos específicos para tratar la HAP. Estos medicamentos van dirigidos a tres de las denominadas «rutas» que representan determinados procesos biológicos con una función importante en el desarrollo de la enfermedad.

Así pues, existen distintos tipos de medicamentos para tratar cada una de estas rutas:

  • Ruta de la endotelina
  • Ruta de la poostaciclina
  • Ruta del óxido nítrico

Esos medicamentos relajan y dilatan los vasos sanguíneos pulmonares y reducen y evitan el crecimiento excesivo de células en las paredes de los vasos. Estos efectos hacen que al corazón le sea más fácil bombear sangre a través de los pulmones, con la consiguiente mejoría del nivel de actividad física y de bienestar, así como la ralentización del progreso de la HAP.

Aunque el Sector Salud ofrece atención médica a quienes padecen esta enfermedad, algunas cuestiones están siendo revisadas, pero debido a la pandemia han quedado en pausa.

En el sector médico privado el paciente puede hacer uso de su seguro de gastos mayores o pagar directamente el tratamiento, opción poco viable para la mayoría de quienes padecen la enfermedad, pues es muy costosa.

Para apoyar a quienes padecen HAP, Paula Cabral informó que la Asociación Mexicana de Hipertensión Arterial Pulmonar mantiene abiertos sus canales de comunicación, a través de sus redes sociales (Facebook: @HapMexico) y de su página web, en donde pacientes y cuidadores podrán acceder a información actualizada sobre el padecimiento.

Para las personas que viven con HAP, las tareas cotidianas más simples, aquellas en las que ni siquiera reparamos, pueden costar tanto como subir el Everest. Para mayor información sobre la Hipertensión Arterial Pulmonar visita: https://www.pahuman.es

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