Celebrando el Día Internacional del Beso: Una mirada a su historia
El beso más antiguo registrado con fines amatorios data de alrededor del año 1,500 a.C., encontrado en un manuscrito de la Edad de Bronce en el sur de Asia, en la región que hoy ocupa la India.
En la era moderna, los besos son tan habituales en nuestra vida diaria que rara vez nos detenemos a considerar su significado histórico y sus beneficios para la salud. Este gesto, tan arraigado en la expresión del amor y la conexión humana, tiene una historia fascinante que se remonta a civilizaciones antiguas como la Mesopotamia y el antiguo Egipto, según revela un artículo de la revista Science.
Desde el año 2,500 a.C., los besos en los labios ya estaban documentados en estas culturas ancestrales, lo que sugiere que la práctica de besar ha sido una parte integral de la experiencia humana durante milenios.
Aunque no podemos señalar un origen específico ni una sociedad exclusiva para el acto de besar, es probable que haya surgido de forma simultánea en diferentes momentos históricos y contextos culturales.
El beso más antiguo registrado con fines amatorios data de alrededor del año 1,500 a.C., encontrado en un manuscrito de la Edad de Bronce en el sur de Asia, en la región que hoy ocupa la India. Esta evidencia arqueológica refuerza la idea de que el beso ha sido una expresión de amor y conexión emocional desde tiempos remotos.
Aunque los besos se asocian principalmente con muestras de afecto romántico, es importante destacar que en algunas culturas, el contacto boca a boca no es la norma. En su lugar, se utilizan gestos como lamer, oler o frotar la mejilla de la pareja para expresar sentimientos similares, lo que demuestra la diversidad de expresiones de afecto en todo el mundo.
Además del valor emocional que los besos representan, también ofrecen beneficios tangibles para la salud. Se ha demostrado que los besos liberan endorfinas, conocidas como «hormonas de la felicidad», reducen la presión arterial, combaten las caries, alivian el dolor de cabeza y aumentan la autoestima. Estos efectos positivos contribuyen a fortalecer los lazos emocionales entre las parejas y promueven el bienestar general.
El Día Internacional del Beso, celebrado el 13 de abril, tiene sus raíces en un evento inspirador. En 2013, la pareja tailandesa Ekkachai y Laksana Tiranarat establecieron un récord mundial al mantener el beso más largo registrado durante 58 horas, 35 minutos y 58 segundos. Su hazaña memorable se convirtió en un hito reconocido por el Libro Guinness de los Récords y sirve como un recordatorio anual de la importancia y la belleza de la conexión humana a través del gesto universal del amor.
En este día, es una oportunidad para reflexionar sobre la historia, los beneficios y la profundidad emocional que los besos aportan a nuestras vidas, celebrando así una de las formas más simples y poderosas de expresar el afecto entre las personas.