Papás de verdad, aunque sus hijos tengan patas
La paternidad ha evolucionado: ya no solo se mide por pañales o tareas escolares, sino también por croquetas, vacunas y despedidas dignas. En familias multiespecies, los nuevos padres cuidan con empatía a sus hijos… humanos o de cuatro patas.

Celebramos a los nuevos papás corresponsables: los que consuelan, alimentan y cuidan, sin importar si su hijo dice “papá” o “guau”. La paternidad multiespecie también construye amor.
¿Papá de un perrhijo o un gatijo? También es paternidad, y de la buena.
Las familias cambiaron. Ya no se definen solo por apellidos, roles tradicionales o domingos en el parque. Hoy hay casas con hijas, hijos… y lomitos, michis, conejos o tortugas que también reciben amor, cuidados y hasta terapias cuando lo necesitan. Y en ese universo, la figura del papá ha evolucionado, ¡y mucho!
Hablamos de esos nuevos padres que no solo comparten pañales, sino croquetas, paseos al veterinario y despedidas con lágrimas. Hombres que, como dice Adrián Rodríguez-Granada Madrid, director de Pets in the Sky, “han asumido un rol afectivo, activo y empático en el cuidado de sus mascotas”. Y eso también es paternidad.
En familias multiespecies, los vínculos emocionales son tan fuertes como cualquier lazo de sangre. Cuando una mascota parte, muchos padres se convierten en el sostén emocional de su familia, incluyendo a los más pequeños. Rodríguez-Granada lo ha visto una y otra vez en su funeraria para mascotas: papás que abrazan, explican, lloran… y acompañan.
Como aquella vez en que Adrián vio a su amigo de infancia convertirse en un padre capaz de sostener con palabras y brazos el dolor de su familia al despedir a su amada mascota. “Ese momento me hizo entender que la paternidad también se expresa en esos gestos de cuidado silencioso”, recuerda.
Entonces, ¿por qué no celebrar también a estos padres? A los solteros con un gato enfermo, a los adoptivos que rescataron a un perrito, a los padrastros que compran arena para el hámster. Porque ser papá hoy significa crear vínculos afectivos sólidos, sin importar cuántas patas caminen junto a ti.