El corazón que late detrás de cada mascota: por qué agradecer y defender a nuestros veterinarios
Cada 17 de agosto celebramos a los médicos veterinarios, pero más que flores merecen respeto, salarios dignos y apoyo real. Son quienes sostienen la salud de más de 80 millones de mascotas en México… y con ello, la salud de nuestras familias.
Cada 17 de agosto se celebra el Día del Médico Veterinario Zootecnista en México.
Cada 17 de agosto se celebra en México el Día del Médico Veterinario Zootecnista. Y aunque la tradición dicta flores, abrazos y felicitaciones, la verdad es que esta fecha debería servir como un recordatorio profundo de lo que está en juego: la salud de millones de animales y, en consecuencia, la salud de millones de personas. Porque sí, cuando un veterinario cuida a un perro o a un gato, también cuida a toda una familia.
Según el INEGI, casi el 70% de los hogares mexicanos convive con al menos un animal de compañía. Eso significa que la mayoría de las familias dependen, directa o indirectamente, del trabajo de un veterinario. Sin embargo, detrás de esas batas blancas hay un gremio que enfrenta realidades poco reconocidas: sueldos que rondan los 8,000 pesos mensuales en promedio, condiciones laborales marcadas por la informalidad que afecta al 33% de los profesionistas, y en algunos estados como Hidalgo, al 75%.
En paralelo, México se ha convertido en el país con más abandono animal en América Latina. La causa es dolorosa pero clara: se adoptan o compran mascotas sin planear, sin pensar que un perro o un gato vive más de 15 años, que requiere alimento, tiempo, cuidados veterinarios y acompañamiento. Así, muchos terminan en las calles cuando enferman o envejecen.
El Hospital Veterinario UNAM-Banfield, que cumple 20 años de servicio, insiste en lo que parece obvio pero se olvida con facilidad: la prevención es la clave. Vacunar, desparasitar, revisar el peso, cuidar la alimentación y acudir a revisiones periódicas salva vidas animales y evita gastos mucho mayores. Pero en un país con más de 80 millones de mascotas, menos de la mitad recibe atención especializada. El resultado: miles de familias llegan al veterinario tarde, cuando la enfermedad ya es grave.
El Dr. Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital UNAM-Banfield, lo resume así:
“La prevención es la mejor forma de cuidado que podemos ofrecer a los animales de compañía. Las revisiones periódicas permiten detectar problemas antes de que avancen, lo que se traduce en una mejor calidad de vida para ellos y en tranquilidad para sus familias.”
El veterinario no solo cura. Educa, orienta y acompaña. Desde los esquemas de vacunación y desparasitación hasta la dieta adecuada, el control del peso, la salud bucal o el bienestar emocional, cada consejo es un paso para garantizar una vida digna.
Mientras tanto, la industria del cuidado animal crece: en México el mercado de productos y servicios para mascotas está valuado en 1,240 millones de dólares y se estima que alcanzará casi 1,600 millones para 2029. Pero la pregunta incómoda sigue en el aire: ¿y los veterinarios? ¿quién protege a quienes protegen la salud animal y, por extensión, la salud pública?
Hoy, más que un aplauso, toca reconocerlos como lo que son: un eslabón vital en el sistema de salud pública. Y toca exigir condiciones laborales dignas, salarios justos y políticas que les permitan ejercer sin precariedad. Porque detrás de cada consulta, hay alguien que eligió dedicar su vida a cuidar a quienes no tienen voz.
Esta es solo la primera entrega. En los próximos días compartiremos más historias, datos y testimonios sobre el papel crucial de los veterinarios en la sociedad mexicana. Historias que revelan no solo lo que hacen por nuestros animales, sino lo que hacen por nosotros.
