El orgasmo es de quien lo trabaje

Como cada 8 de agosto hoy celebramos, si celebramos el día internacional del orgasmo femenino y de las personas con vulva, solo por el placer de sentir y el camino que se recorre para conseguirlo

El orgasmo es de quien lo trabaje

El Día Internacional del Orgasmo Femenino y de personas con vulva tiene su origen en 2006, en Brasil ante las cifras alarmantes de quienes lo lo conocían

El Día Internacional del Orgasmo Femenino y de personas con vulva tiene su origen en 2006, en Brasil, cuando el concejal de la región de Esperantina, José Arimateia Dantas, se interesó por un estudio realizado en la Universidad Federal de Piauí, que señalaba que el 28 por ciento de las mujeres de ese lugar no conocían el orgasmo por lo que decidió impulsar una orden que abogara por el placer.

Hoy podemos decir que el orgasmo es el momento más intenso, la cima de la excitación sexual. El momento en que el placer se desboca en una especie de explosión y se extiende por todo el organismo, la sensación es totalmente personal.

El orgasmo no llega de manera automática se construye y requiere de un permiso, de estimulación mental y física del cuerpo, donde lo más importante para sentir y llegar a un orgasmo es el deseo, la determinación, el permiso que nos damos para sentir placer sexual, sin importar si la persona esta sola o con una pareja, o parejas con una amiga, con un pene chico o grande, de plástico con pilas o no o sin pene.

La educación y apertura para hablar sobre estos temas determina nuestra relación con nuestro cuerpo y con el placer y si nos abrimos a este ejercicio podemos asegurar que la práctica nos llevará a la perfección propia.

Porque el placer sexual es todo desde abrazos, caricias, cercanía, sonrisas, miradas intencionadas, imágenes fantaseadas mientras que los estímulos sexuales para llegar al orgasmo pueden venir de fuera, ya sea de algo que se ve, se oye, se huele o se siente, o al estar cerca de alguien. Puede venir del interior, ya sea algo que se imagina o recuerda, y llega a la zona del cerebro encargada de reconocer las sensaciones y de la respuesta sexual.

Para vivir el orgasmo hay que vivir y cultivar el placer sexual. Pero como toda expresión física, requiere de entrenamiento, experiencia, y ganas de llegar.

La conducta sexual es tan variada que lo que para unas es erótico, para otras puede ser todo lo contrario y aún causa de aversión. Mientras que las películas eróticas nos muestran el acto sexual con actores siempre bellos, peinados, sin sudor y mujeres que jadean sin decir palabra.

Prácticamente todas las partes del cuerpo tienen la potencialidad de erotizarse y dar placer, sin embargo, ni todas ellas dan el mismo nivel de placer. En el ejercicio de la sexualidad, cuantos más miedos se traen y cuanto más angustias se le añaden, es más difícil disfrutarla y habrá que trabajar más.

Cuando se toma como un momento de placer y contacto con nuestro cuerpo, sea con alguien que nos es interesante o en soledad, puede representar una de las actividades más gratificantes que podemos tener, y nadie, está fuera de esa capacidad, pero mientras vivamos en una cultura sexofóbica y llena de miedos al cuerpo y al goce, la sexualidad placentera y dentro de ella el orgasmo será de quién la trabaje.

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